Antonio emplea de forma constante una palabra cuando se refiere a la vida en el faro: libertad.

Joaquín Sánchez, en La Fabriquilla; y Josefa Ropero, en el poblado de Las Salinas de Cabo de Gata, esbozan una sonrisa cuando les pregunto por los Gandolfo.
Antonio emplea de forma constante una palabra cuando se refiere a la vida en el faro: libertad.
Esa libertad que vemos en los niños que corretean por el patio del faro en esa cinta de Super-8 que Javier me ofrece como joya documental, la libertad que ofrecía el tiempo que se presta a la contemplación en un lugar que ofrecía señal y puntual amparo, la libertad de considerarse parte de un medio natural que, fuera de postales, resultaba exuberante.
La libertad que ofrecían unos familiares que estaban acostumbrados a vivir en soledad, costumbre heredada generación tras generación, desde los tatarabuelos Eustaquio, el de Dalías; e Yñiguez, el tatarabuelo de insigne origen, relacionado con el apellido Ybarra, real impresor de Carlos III y primer impresor de El Quijote.
La libertad que vivió Antonio en Mesa Roldán y en Cabo de Gata y que, con gran beneficio, vivieron sus hijas en Cabo de Gata.

La libertad que buscaba aquel niño que en la revista Semana, a los pies del faro de El Sabinal, declaraba que quería ser de mayor como su abuelo Eustaquio, el hermano mayor de Eugenio y Serafín.
Esa libertad, mal entendida, que lleva a la tristeza del cambio del paisaje en el entorno del faro y en su propio perfil. Comprueben lo indicado en las fotografías antiguas que aparecen en el documental.
Al concluir la entrevista, más aún cuando la reproduzco para seleccionar los pasajes que casan con el guion del documental, uno se siente satisfecho por encontrar un uso con contenido del término libertad, la misma libertad que me tomo para indicarle que gracias al trato de Javier, de Antonio o el de Ángeles, aquella niña del faro de Cabo de Gata, uno se siente a veces desdichado por ser partícipe del cariño familiar.
Al concluir la entrevista, pido a Antonio que salude a su hermano Javier y a su madre, esa mujer de espléndida sonrisa.

Manuel C. Rodríguez Rodríguez. Dirección-Documentación-Guion de la serie documental «La Memoria del Cabo»