La confianza de este marinero del Juan Sebastián Elcano es garantía de conversaciones profundas, llenas de datos que permiten contrastar sus respuestas y que me llevan a considerar nuclear su participación en este proyecto que versa sobre la memoria de Cabo de Gata.

En visitas anteriores a la playa de los pescadores de Cabo de Gata, me dirigí tímidamente a Antonio Rodríguez, más conocido como Antonio “El Barbas”.
Siempre advertí en Antonio un gesto de prudencia, puede que fruto de la postura del que observa antes de intervenir o del que está acostumbrado al acercamiento de personas curiosas por lo interesante de su actividad.
Del mismo modo, Antonio se acercaba solícito para ofrecer uno de esos llaveros que anuda configurando una esfera con la misma normalidad con la que años atrás armaba los diferentes artes de pesca.
Hay en la mirada de Antonio un gesto de bondad que no atisba candidez y que tiene su origen en su nobleza.

Este hombre septuagenario destaca por su altura, también por un perfil que le permitió ser figurante en un sinfín de películas a las que se refiere cuando le pregunto por ellas, en una enumeración que resulta sorprendente por precisa, como todo su testimonio.
Todo es sobriedad en los gestos de Antonio, un hombre de andar sereno y desgarbado, con una tendencia a acicalarse esa barba que le ha servido de apodo, mote que comparte con el de Antonio “el Chato”.
Pocas son las cosas que parecen exasperar a Antonio, especialmente algunos episodios relacionados con su experiencia de pescador, el que llevó a ser el último pescador en abandonar su posición de varada bajo las casas de Cabo de Gata o la prohibición de la lavá en la década de los ochenta, arte de pesca singular de Cabo de Gata en cuya creación tuvo mucho que ver su padre.

Manuel C. Rodríguez Rodríguez. Dirección-Documentación-Guion de la serie documental «La Memoria del Cabo»