ANTONIO RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, EN OCASIONES ANTONIO PLAYA
Antonio es genio y figura, en ningún caso caricatura.
A principios de los sesenta Antonio Rodríguez Rodríguez, otro pescador de la familia de Los Chatos, decide emigrar para buscar un mejor porvenir y, posiblemente, para descubrir otros modos de vida.
Cuando accedo a las fotografías de juventud de Antonio encuentro un hombre apuesto con una mirada que parece anticipar lo que ocurrirá y que encierra cierta picardía.
A Antonio le llaman en ocasiones Antonio Playa o Tony Playa, para mí siempre es Don Antonio Rodríguez Rodríguez. También podríamos decir que estamos ante Don Antonio Rodríguez Rodríguez y, cuando él considera, ante Antonio Playa. Como en cualquier esfera de la vida, la identidad parece depender de un estado de ánimo.
El encuentro con Antonio me lleva a dos evidencias: su gusto por la escena y un nivel de ocurrencia en el que la edad no resta vigor.
Locuaz, simpático y emotivo, en ocasiones frenético.
Es Antonio un personaje que no hubiera desentonado en las memorables entrevistas de Jesús Quintero o Fernando García Tola, tampoco en las que realizara Lauren Postigo en los míticos Cantares y El Corral de la Pacheca.
Antonio es genio y figura, en ningún caso caricatura.